Aprender en Helsinki: una experiencia de inclusión, cultura y colaboración. 

Durante seis días inolvidables, tuve la oportunidad de participar en una movilidad Erasmus+ en Helsinki, la capital de Finlandia, para formarme sobre inclusión y diversidad educativa bajo el lema “Todos somos especiales”. Esta ciudad, en la que se fusionan armoniosamente lo moderno y lo antiguo, y donde el mar, el arte y la naturaleza están siempre presentes, fue el escenario perfecto para una experiencia profesional y personal transformadora.

El curso reunió a docentes de diferentes países —España, Alemania, Hungría, Islas Reunión, Islas Martinica y Grecia— con los que compartimos una misma inquietud: construir aulas más inclusivas. A lo largo de las jornadas, profundizamos en metodologías centradas en la atención a la diversidad, como las rutinas inclusivas, las técnicas de relajación, el movimiento como herramienta educativa y el enfoque del aprendizaje universal. También trabajamos con recursos específicos para atender al alumnado con dislexia y TDH, siempre desde una mirada positiva que busca el bienestar de todos los estudiantes.

Uno de los grandes aprendizajes de esta experiencia fue el poder de la comunicación. Reflexionamos sobre el uso del lenguaje positivo en el aula, practicamos la escucha activa y aprendimos a identificar y expresar emociones, así como las fortalezas y debilidades de cada uno, estrategias fundamentales para fomentar la empatía y la cohesión dentro del grupo. La colaboración con docentes de otras culturas fue constante y enriquecedora: compartimos prácticas, debatimos ideas y construimos juntos nuevas formas de entender la enseñanza.

 

Más allá del aula, la cultura finlandesa nos ofreció valiosas lecciones. La visita a la Biblioteca Oodi, un símbolo de accesibilidad e inclusión en el corazón de Helsinki, nos mostró cómo los espacios públicos pueden convertirse en verdaderos centros de convivencia y aprendizaje. También tuvimos la oportunidad de conocer Porvoo, la segunda ciudad más antigua del país, donde disfrutamos de su historia y encanto particular. Estas experiencias culturales nos ayudaron a ampliar la mirada y a valorar la diversidad en todas sus formas.

Cierro esta experiencia agradecida por todo lo vivido y aprendido. Me llevo nuevas herramientas pedagógicas, una red de colaboración internacional y una profunda motivación por seguir construyendo entornos educativos más humanos, equitativos e inclusivos. Sin duda, esta aventura en Helsinki ha dejado una huella imborrable en mi trayectoria docente y personal.